Todo ha cambiado para los vinos chilenos en poco más de diez años. Suficientes para que el nuevo Chile vinícola mire definitivamente al tiempo que le toca vivir, mientras sienta las bases del futuro, que se aventura más bien dichoso; ya lo está siendo. En esa década mágica, la industria vinícola chilena ha pasado de ser una anécdota a pisar fuerte y aguantarle la mirada a los vinos argentinos. Dejaron atrás las producciones masivas, destinadas a rellenar lineales de supermercado, para erigirse en referencia vinícola. … El corazón de los vinos de Chile
