Elijo Arequipa para dejar atrás este año absurdo y dramático que lo cambió todo. La relación con la propia vida, la mitad de nuestras creencias y la mayor parte de lo que nos rodea, que casi siempre tiene tanto que ver con la cocina. También espero la arrancada del tiempo nuevo e incierto que se anuncia enganchado a la promesa de la vacuna -cuando y donde llegue; en Perú empiezan ahora a negociar la compra. … Las picanterías de Arequipa marcan el camino
