Tenemos cocina nueva en Surquillo y se llama Amankaya

Surquillo empieza a convertirse en una fuente continuada de sorpresas y buenas noticias para la cocina. Encuentro la última mientras camino por el Paseo de la República hacia el mercado número 1. Vengo de Angamos, acabo de pasar San Agustín y doy con un restaurante nuevo, casi a mitad de la cuadra. Paso por delante y algo me llama la atención. No sé si son la barra y la cocina casi asomadas a la calle, la pizarra con las propuestas o que, pero lo rumio mientras sigo caminando hasta que decido dar la vuelta nada más cruzar González Prada. Se llama Amankaya. Es un local chico, repartido en dos plantas. En la baja apenas hay sitio para una cocina con cuatro fuegos, una mesa de trabajo y una barra con siete asientos. Arriba, un pequeño comedor. Ya hubo un local con el mismo nombre en La Molina, pero cerró por problemas con la renovación del contrato de alquiler. Al final buscaron un espacio más controlable en Surquillo, que empieza a ser tierra de refugio para cocineros jóvenes y aquí están de nuevo. Vueltos a la vida en un barrio que ya es tierra de refugio.

Arroz punja. Amankaya
Arroz punja. Amankaya.

Me siento en la barra, vacía a esas horas, echo una mirada a la carta y pido un arroz al wok preparado con mariscos. La carta lo presenta como ‘arroz ponja’ y es un arroz salteado con calamar, pulpo y langostinos. Lo aromatizan con cebollita china y ajonjolí y se sirve con una salsa preparada a base de ostión. El instinto ha funcionado. Es un buen plato, bien construido, sabroso y cuidado. Y sobre todo perfectamente acabado, empezando por unos langostinos en el punto exacto de cocción, jugosos y tiernos.

Me animo, vuelvo a la carta, encuentro cinco piqueos a 4 soles la pieza y pruebo algunos. Hay una buena causa acebichada y otra más normal con pulpo al olivo, un choro a la chalaca –como siempre, más chalaca que choro y este se acaba perdiendo en un mar de cebolla-, una leche de tigre bastante lograda y un pulpo con langostinos, salteados y rematados con vino blanco, que redondea la experiencia. Gabriel, socio cocinero, quiere que pruebe su arroz con mariscos, y me pone un cuarto de porción. Lo presentan como un arroz ‘arisottado’ –extraño palabro- y tiene algún problema: sufre el embate de los lácteos, cuya presencia en forma de leche evaporada oculta el sabor de los mariscos. No está  al nivel que mostraba el arroz al wok.

Piqueos. Amankaya
Piqueos. Amankaya.

La carta sugiere algunos tiraditos, tres o cuatro cebiches, chicharrón mixto, un arroz más, un pulpo parrillero y un par de detalles añadidos. Lo anoto en la lista de pendientes. Merece la pena volver.


AL DETALLE

Amankaya Resto-mar

Avenida Paseo de la República 5115. Surquillo. Lima.

Tel: 2408258.

Cierra lunes y todas las noches.

35 soles (sin bebidas).

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