¿De quién es la quinua?

¿Quién demonios es el propietario de la quinua? La pregunta tiene algo de estúpida y mucho de surrealista, pero cobra un peso que nadie hubiera imaginado diez días atrás, cuando el grano andino vivía en su estado habitual, que viene a ser el dulce sueño del olvido. Pasado 2013, su año internacional, la quinua estaba de vuelta en su fase natural: casi nadie la recordaba y sólo unos pocos la comían más allá de las zonas de producción.

 

Eso fue hasta una serie de acontecimientos extraños acabaron enlazándose. Sucedió que Perú perdió un partido de fútbol, alguien le puso un dedo en el culo a un futbolista uruguayo y Chile mostró unas bolsas de quinua en su espacio en la Expo. No hizo falta ningún esperpento más para que medio país acabara levantado en armas. El efecto mariposa nos llevó en dos aleteos del fútbol a la patria y de esta a la cocina. Lo que inicialmente era despecho por la derrota se volvió indignación y agresividad por la usurpación del patrimonio culinario: Chile presentando la quinua en Milán como si fuera suya. De hecho, Chile solo mostraba parte de su patrimonio gastronómico, pero ese resultó ser un detalle insignificante.

 

Chile es productor de quinua. No llega al nivel de Estados Unidos, cuyas plantaciones en Colorado y Nevada le reportan el tercer lugar en el ranking mundial, pero está por encima de Canadá –allá crece en torno al lago Ontario-, Francia, Gran Bretaña, Italia, Suecia, Dinamarca u Holanda. Todos esos países y alguno más de Sudamérica son productores de quinua. A falta de cifras exactas, Chile debe estar cerca del nivel de producción de Colombia y Ecuador. Por delante suyo parece figurar Argentina –la cultiva en Jujuy y Salta- y, claro está, Bolivia y Perú. En este orden. Durante la campaña de 2013, la producción boliviana de quinua superó a la peruana en un 28 %. Los datos permiten augurar que al finalizar la cosecha de 2015 la diferencia será mucho mayor. Puestos a ser simplistas, la quinua parece más boliviana que otra cosa. Mayor producción, mayor número de variedades cultivadas y mayor volumen de consumo. Por cierto, Bolivia muestra la quinua en su stand de la Expo sin que nadie se haya rasgado las vestiduras.

 

Un detalles más. Chile fue pionera en el cultivo de quinua a nivel del mar. Sus plantaciones en Concepción y Valdivia abrieron el camino seguido por unos cuantos productores peruanos.

 

La parte buena es que de la quinua hemos pasado a la Expo y ese sí es un asunto importante. Lo conté a primeros de mayo, aunque a nadie pareció importarle. En junio de 2014 Cancillería decidió mantener al Perú lejos de la Expo y Mincetur bajó la cabeza y calló la boca, como si no importara. El tema apenas fue comentado y quedó aparcado en el viejo almacén de los desvaríos políticos del país. Al final, coincidiendo con la inauguración de la Expo, Mincetur habilitó una pequeña partida con la que la Oficina Comercial en Milán está haciendo milagros. Desde entonces, Perú ha conseguido una buena cuota de presencia en ‘Expo in città’, el programa de actividades que se desarrolla en los barrios de Milán durante los meses de la Expo. Un restaurante en el que están cocinando los mejores chefs peruanos del momento–Pedro Miguel Schiaffino, Gastón Acurio, Virgilio Martínez…-, un pisco bar-cebichería y el ala completa de un museo, dedicada a mostrar nuestros productos. Diarios y publicaciones italianas de primera línea se hacen eco de la presencia peruana, aunque aquí no nos enteremos. Seguro que el servicio de prensa de PromPerú tiene cosas más importantes en su agenda.

Share on FacebookTweet about this on Twitter