El loche es una cucurbitácea que no engaña; pregona la diferencia desde el primer golpe de vista y es cierto, nada es igual a lo imaginado. Cuando la abres muestra una carne anaranjada, firme, dulce y amable, con un tono más matizado de lo habitual y sobre todo te inunda con un aroma marcado y delicado. Es una variedad de zapallo que se revela por el olfato, sutil y profundo, algo floral, como a huerto y campo umbrío.
… Andrés Benítez, el guardián del loche